lunes, 31 de diciembre de 2012

Aprendí...

Que no importa cuánto sacrifiques o estés dispuesto a sacrificar para llevar a flote una relación. Si las cosas no están hechas para funcionar, pues no funcionan.

Que los ángeles existen entre los humanos, aparecen en el lugar y en el tiempo correcto, y se van. Y es probable que nunca más los vuelvas a ver para terminar de agradecerles.

Que tener dinero no es lo mismo que tener clase o sentido común. No se puede cubrir la ignorancia con una montaña de billetes ni corregir las faltas ortográficas tapándolas con monedas.

Que la educación es un negocio altamente lucrativo y peligrosamente experimental. ¿De qué sirve que los niños lleven una maleta llena de libros con cursos de nombre rimbombante si al final no saben colocar correctamente las tildes ni distinguir el uso de la "c", la "z" y la "s" o definir sustantivo, adjetivo y pronombre?

Que el amor verdadero existe y tiene en la paciencia su fortaleza y principal virtud. Incluso para esperar a la muerte con el reloj perfectamente sincronizado, sobrevivir a los caprichos del destino y marcar la memoria de quienes quedan.

Que -tarde o temprano- el luto por el amor que se fue antes de tiempo, llega a su fin. Las lágrimas no resucitan a los muertos, pero sí limpian los recuerdos y el corazón para seguir creyendo que -tarde o temprano también- alguien más traerá esa felicidad que tanto se anhela.

Que se puede tejer una historia de amor en diez días, y guardarla como un valioso telar por el resto de la vida, con la esperanza de que los hilos se vuelvan a encontrar y sobrevivan al tiempo, al espacio y a la vorágine de la cotidianidad.

Que te das cuenta de que la hospitalidad y la calidez no tienen idioma ni frontera cuando la tierra ajena se convierte en propia, cuando el amigo se hace hermano y su familia se convierte en tu familia. Y cualquier viaje de aventura valdrá la pena para volverlos a ver y sentir que no vas a estar solo.

Que la conveniencia y la hipocresía es el motor de vida para la gran mayoría. Amistad, Dios, amor, familia, ideología y nacionalidad son conceptos apéndices: algunos los desechan cuando ya sienten que los están jodiendo.

Que no hay placeres más grandes que vivir, soñar y descubrir. Así se tenga que ir al otro lado del continente para empezar a darle la vuelta al mundo.
¡Feliz 2013 para todos!